Si de algo podemos sentirnos orgulloso los españoles es de tener una orografía titánica, esto durante mucho tiempo ha sido un terrible problema para cualquier obra de ingeniería, ya que los costes aumentan considerablemente, pero la belleza que aporta a nuestros paisajes de norte a sur y de este a oeste es inigualable.
Espacios modificados naturales por el hombre con un aprovechamiento agrícola y ganadero, como la dehesa bien sea de encina, alcornoque o fresno como en Madrid forma un espléndido ecosistema dónde miles de especies salvajes conviven en armonía.
En Extremadura en la zona de Las Villuercas cacereñas junto a estas amplias dehesas, aparecen unas figuras geológicas denominadas *Rañas, que según su definición, son formaciones sedimentarias compuestas de cantos de cuarcita con una matriz arcillosa que se configuran en un relieve de plataformas elevadas con suave pendiente interna.
En estas rañas han estado presentes los cultivos de olivo, cereal y viñedos con las variedades autóctonas de la zona como Alarije, mora, borba o pardina. El próximo sábado 29 de noviembre visitaremos las Bodegas y Viñedos EL Carabal, un nuevo concepto de bodega que rompe con la falsa idea de los vinos extremeños, el resultado son vinos de siglo XXI.
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