VINOS DE PITARRA.- Los vinos del neolítico

Los vinos de «Pitarra» tan amados como denostados siguen vigentes en pleno S.XXI, quizá sean los vinos más antiguos de la Península Ibérica ya que también hay muestra de ellos en ciertos lugares de nuestros vecinos lusitanos.

Vinos muy característicos y demandados por la población local, podemos situarlos en la Peña de Francia (Salamanca) , sur de Ávila (influencia de Arenas de San Pedro), en Córdoba en la zona de El Entredicho y como no en las provincias extremeñas, Cáceres (Valle del Jerte y Vera)  la punta de lanza se encuentra en las Villuercas con las poblaciones de Cañamero y Alia, en Badajoz (Siruela, Castilblanco y Valdecaballeros). Según el Diccionario de la Lengua Española, de detalla al Pitarra: Vino de elaboración casera o cosecha de vino. Esta descripción es válida para toda España ya que no hay lugar dónde un paisano no haga vino en su casa, pero los «pitarra» de las zonas anteriormente citadas poco tienen que ver con los riojas o riberas artesanales.

Los vinos de pitarra que más conozco son los de Cañamero (Cáceres), las características de suelo y clima así como las variedades con las que se elaboran les hacen ser de los más afamados. El viñedo se sitúa en las llamadas «rañas», formaciones sedimentarias acumulativas de cantos rodados, bloques de cuarcita con matriz arenoarcillosa y aspecto ocre-rojizo, su altitud oscila entre los 515m-680m lo que le confiere un aspecto de elevaciones suaves y amplías. También las levaduras de fermentación encontradas en diferentes análisis son radicalmente diferentes a las que podemos encontrar en otros lugares de España, eso les confiere a estos vinos unos aspectos muy concretos.

Las variedades blancas existentes en la zona son extensas y con características muy peculiares entre ellas destacamos: alarije, borba, montúa o chelva, pedro ximénez y  en tintas la garnacha tintorera, garnacha roja y cencibel o tempranillo.

El proceso de elaboración es muy manual, el mosto fermenta con lo hollejos o piel conocido en la zona como «casca», generalmente en vasijas de barro (tinajas). Una vez que la «casca» ha llegado hasta el fondo del deposito es cuando se realiza el primer trasiego llevándolo a otra tinaja o a garrafas de cristal. El vino ya esta preparado para ser consumido, por los general este tipo de producto son de vida escasa. Los vinos clásicos poseen un grado de alcohol por encima de los 14º, existen rosados, tintos y blancos, siendo estos últimos los más conocidos, bien es cierto que poco tiene que ver con el concepto de blancos jóvenes a los que estamos habituados (verdejos, albariños…).

A continuación vamos ha realizar una cata de un pitarra elaborado de manera artesanal, procedente de la localidad de Alía (Cáceres), por Paco Bravo. Como bien dice Paco, su «pitarrita» es para su gasto anual y otras botellas para regalar a quien las valore. Los viñedos están situados en la «raña» de Alía en vaso tradicional muy posiblemente sin portainjerto y con variedades como la alarije, borba, tempranillo y garnacha.

Cata: Pitarra 2011 Alía Fase visual: Amarillo ambarino de capa alta, apagado y velado, abundante lagrima Fase olfativa:  Intensidad aromática alta, con notas higo pasificado, añejo, sobremadurado Fase gustativa:  Tánico, ardiente paso en boca medio con verdor

Comentario: Este vino tiene mezcla de variedades blancas y tintas, el color nos despista ya que ha sufrido tal poder oxidativo que parece  un gran reserva tinto de los años ´70. En boca se muestra descompensado  ya que tiene notas de un vino muy joven aún sin pulir (herbáceos), para resumir son vinos para un publico muy concreto, pero da gusto observar como estos consumidores disfrutan con ellos.

Saludos y gracias desde Catayvino

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