Restaurante Miyama Castellana, 45.-
Impecable fue el trato que recibí en Miyama, restaurante nipón de aspecto serio, líneas rectas y espacios bien definidos, ideal para grupos de cuatro comensales y/o «singles».
Los movimientos de la sala son supervisados en todo momento por el Sumiller: Hiroshi Kobayashi, aconsejo en todo momento que si visitáis Miyama os dejéis llevar por su profesionalidad, talento y discreción.
Es digno de mención la atención que tuvimos por Javier Ramos quién realizo una apertura y servicio magistral del Gramona Imperial que degustamos.
Iniciamos la cena con sendos cócteles muy apropiados para las cálidas noches de Madrid con mucho color y ajustado alcohol, el espectáculo de platos fue espléndido tanto en sus presentaciones como en los tiempos de servicio, destacaría su salteado de setas y un sobresaliente tataki de pez limón, como postre un llamativo plato de sopa de melón acompañado por un delicado vendimia tardía de Chenin Blanc.
Saludos y gracias desde Catayvino.